El Ego tigre o borrego ©Manuel Peñafiel fotógrafo, escritor y documentalista mexicano.

El Ego tigre o borrego ©Manuel Peñafiel, fotógrafo, escritor y documentalista mexicano. Sigmund Freud nació el 6 de mayo de 1856 dentro del seno de una familia judía radicada en el pueblo de Freiberg, región de Moravia actualmente parte de la República Checa, él fue educado al margen de cualquier idea religiosa y nacionalista. Su pobre familia se mudó a Viena capital de Austria, donde el papá encontró trabajo, debido a la aversión austriaca a los judíos Freud cambió su nombre de Sigismund por el de Sigmund . Sigmund nunca defraudó el esfuerzo de sus padres al sostenerlo para enviarlo a la escuela…siendo un magnífico alumno. Después de concluir sus estudios filosóficos a los 17 años ingresó a la Universidad de Viena, donde estudió medicina, sin embargo, no dedicó su talento a la cura de enfermedades fisiológicas, sino a la sanación de aquellas creadas por la mente. Freud se internó en los vericuetos de los pensamientos, primero analizándose a sí mismo, llegando a la conclusión de que en la mente de todos los seres humanos existe una porción escondida llamada subconsciente donde radican impulsos sexuales y agresivos, junto con defensas que luchan contra de ellos, y cada bando pelea por ganar supremacía, sus conclusiones le costaron que la hipócrita sociedad puritana de aquella época se escandalizara, respondiendo que todo aquello era obsceno.
Alrededor de 1890 cuando sus pacientes acudían quejándose de molestias físicas, Freud intuyó que varios de los malestares eran consecuencia de vidas atrapadas e insatisfechas, por lo cual, les dio oportunidad a que se explayaran revelando inconfesados secretos, ventilando su bagaje de frustraciones…fue así como nació el Psicoanálisis. A Sigmund Freud se le ocurrió escribir sus propios sueños buscando claves para descifrar los procesos del subconsciente. Este talentoso médico analizaba las experiencias oníricas, sin adaptarlas a supersticiones tal como lo hacen los charlatanes; sino que Freud desmenuzaba las visiones que surgen mientras las personas duermen, buscando él los símbolos que el propio cerebro construye para expresar situaciones presentes o del pasado, cuando la mente se libera de restricciones y defensas forjadas por la educación familiar y escolar, las religiones, o los prejuicios impuestos por la sociedad. El libro que cimentó la reputación de Freud fue La interpretación de los sueños, publicado en 1899. Freud comenzó a tener discípulos, este grupo de adeptos solía reunirse en su pequeño apartamento donde se formó La Sociedad Psicoanalítica de Viena en 1908. Mucha gente cree que el psicoanálisis o las terapias son para casos extremos; en realidad no existe un ser humano que no se beneficiaría de algunas consultas al respecto según lo amerite la inquietud. Un alivio social son las terapias familiares. Los psiquiatras y los psicólogos son profesionales que han estudiado el comportamiento humano, el cual se rige por patrones, los cuales son factibles de corregir para lograr una mejor convivencia marital, filial y social.
Sigmund Freud al que considero “ audaz cirujano de la psiquis ” se internó en los pensamientos de sus pacientes para extirpar los intangibles tumores que estorban y atormentan, aún así, él padecía profundas ansiedades que trataba de mitigar fumando puros, en este artículo él aparece fotografiado por Max Halberstadt en 1922; su adicción le provocó cáncer en el paladar y la mandíbula provocándole agudos sufrimientos, obligándolo a usar incómodas prótesis de paladar que le dificultaban hablar, la enfermedad degeneró en sordera del oído derecho. Freud fue intervenido quirúrgicamente en 33 ocasiones…a pesar de todo, nunca dejó de fumar, aún así, continuó trabajando como psicoanalista hasta el final de su vida sin cesar de escribir artículos, ensayos y libros. Para manejar y referirse a las situaciones específicas de los pacientes, Freud acuñó los siguientes términos: Id, es la parte de la mente de donde emergen los instintos primarios ya sean furia o lujuria. Superego es donde residen las reglas impuestas por los padres y la sociedad, de aquí surgen las culpas cuando alguien decide tomar otro destino diferente al esperado por las personas que lo rodean. Y finalmente el Ego, el cual es el mecanismo de la mente que nos hace capaces de estar en contacto con la realidad, el Ego es el mediador entre la lucha que existe entre el Id y el Superego. Del Ego es de donde podemos extraer la gema final; la joya de vivir en íntima y sincera actitud hacia nosotros mismos, y sin lastimar la autonomía de los demás ser capaces de encontrar nuestro propio sendero, despojándonos de las restricciones religiosas, la tiranía paterna, los chantajes maternos, o el que dirán de la sociedad. El Ego puede ser un tigre o un borrego, la decisión dependerá del arrojo personal de cada uno de nosotros.
El 12 de marzo de 1938, cuando Sigmund Freud tenía ochenta y dos años, las tropas de Adolfo Hitler ( 1889 – 1945 ) ingresaron en Austria dándoles la mayoría de la población una jubilosa bienvenida, cabe recordar que Hitler nació en Braunau am Inn pequeña ciudad austriaca, trasladándose en su juventud a Alemania donde fue ganado poder político hasta convertirse en megalómano, ambicioso y genocida dictador. El genial Sigmund Freud se negaba a abandonar su hogar, sin embargo, sus amigos le insistían que su vida peligraba por ser judío; su hijo Martin ya había sido detenido durante todo un día y su hija menor Anna arrestada por los nazis para interrogarla, afortunadamente ambos fueron liberados. Sigmund Freud sufrió humillante acoso de los nazis quienes quemaron públicamente varios de sus libros; todas estas circunstancias lo obligaron a tomar la dolorosa decisión de abandonar su hogar, consultorio, pacientes y amigos…finalmente emigró a Inglaterra en compañía de su leal esposa Martha Bernays y de su hija Anna, quien posteriormente siguió los pasos de su padre en las investigaciones psicológicas especializándose en el estudio del comportamiento infantil. La vigilancia nazi les impidió salir de Austria a cuatro hermanas de Freud, siendo apresadas y enviadas a campos de concentración murieron en deplorables condiciones. El Papa Pío 12 ( 1876 – 1958 ) guardó despreciable silencio ante las atrocidades cometidas por el régimen de Adolfo Hitler, durante el cual, 6 millones de judíos fueron asesinados e innumerables minusválidos, gitanos y homosexuales exterminados. El 23 de septiembre de 1939 con su salud profundamente dañada e incapaz de soportar el dolor producido por el cáncer de paladar y laringe, Sigmund Freud le recordó a su médico personal Max Schur la promesa que le había hecho de sedarlo para ahorrarle la agonía, fue entonces que el acongojado Schur le suministró tres inyecciones de morfina provocándole la muerte por sobredosis; el padre del psicoanálisis fue incinerado en el crematorio laico londinense de Golders Green, en dicho sitio reposan sus cenizas junto con las de su siempre solidaria esposa Martha Bernays ( 1861 – 1951 ) y las de su hija menor Anna Freud Bernays. Poco tiempo después del fallecimiento de Sigmund Freud los nazis invadieran Polonia, esta intrusión militar alemana desató la Segunda Guerra Mundial.
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