Teotihuacan, el lugar de los dioses ©Manuel Peñafiel, fotógrafo, escritor y documentalista mexicano.

Teotihuacan, el lugar de los dioses ©Manuel Peñafiel, fotógrafo, escritor y documentalista mexicano Cuatro soles se extinguieron al curso de largas épocas. Las criaturas vivientes incapaces de elevarse a la categoría de seres humanos plenamente pululaban en el mundo envuelto en espesas tinieblas; fue entonces que los dioses se reunieron allá en Teotihuacan y dos de ellos ofrecieron sus vidas arrojándose a una devoradora hoguera, donde sus carnes se quemaron pintadas de padecimiento; los esplendorosos penachos de los dioses Nanahuatzin y Tecuciztécatl ardieron con chispas de agónicas gemas; la verdura jadeíta de sus aretes se asfixió en denso humo…sus cuerpos rechinaron masticados por las llamas. Momentos después, ambas deidades emergieron de la pira; el divino Nanahuatzin transformado en poderoso Sol pisoteó a las obscuridades para obsequiarle la luz a la ciega Humanidad; la divinidad Tecucístécatl emergió transfigurado en la Luna, ésa enigmática herida que corta paulatinamente a la noche hasta convertirse en la nostalgia de nuestro firmamento nocturnal / existencial. Este acontecimiento tuvo lugar en la legendaria ciudad de Teotihuacan, cuyos primeros habitantes se establecieron ahí hacia el año 250 antes de nuestra Era; esta urbe fue punto clave en los destinos del antiguo México su influencia llegó hasta Yucatán, Oaxaca y Veracruz. Teotihuacan albergó a doscientos mil habitantes es aquí donde se erige la urbanización de acuerdo a los puntos cardinales formando una extensa cruz con dos arterias principales, una de Este a Oeste, la otra de Sur a Norte nombrada Calzada de los Muertos en homenaje a los fallecidos. Durante el esplendor de esta ciudad hubo templos, existieron el gran mercado, esculturas formando bellos conjuntos; la pintura realizada al fresco en muros interiores brinda abundante descripción acerca de la vida terrena de los teotihuacanos entrelazada con sus creencias tras el umbral de la muerte. Los dioses de Teotihuacan se extendieron por Mesoamérica representados según el estilo artístico de cada región; me refiero a la Serpiente Emplumada Quetzalcóatl, a Tlaloc Señor de las Lluvias, a Mictlantecutli Soberano en la Región de los Muertos, además de muchos otros poderosos seres con sus uñas pintadas de rojo rodeados de caracolas musicales con boquillas de plata por donde ejecuta melodías Ehécatl, el Dios del Viento. Y vigilando a todo el valle de Teotihuacan, se hallan dos pétreas colosas, ellas son la pirámide del Sol y la pirámide de la Luna erigidas para celebrar y recordar eternamente aquella portentosa fecha en que los dioses dieron su vida en beneficio de la Humanidad, y la Naturaleza; sí allá en Teotihuacan emergió nuestro Quinto Sol. ©Manuel Peñafiel Fotógrafo, Escritor y Documentalista Mexicano. El contenido literario y fotográfico de esta publicación está protegido por los Derechos de Autor, las Leyes de Propiedad Literaria y Leyes de Propiedad Intelectual. Sin embargo, puede ser reproducido con fines didáctico - culturales mencionando el nombre de su autor Manuel Peñafiel y los créditos de sus fotografías; queda prohibido utilizarlo con fines de lucro. This publication is protected by Copyright, Literary Property Laws and Intellectual Property Laws. It can only be used for didactic and cultural purposes mentioning Manuel Peñafiel as the author and his credits for the photographs. It is strictly prohibited to use it for lucrative purposes.

©Manuel Peñafiel, fotógrafo, escritor y documentalista mexicano. El contenido literario y fotográfico de esta publicación está protegido por los Derechos de Autor, las Leyes de Propiedad Literaria y Leyes de Propiedad Intelectual. Sin embargo, puede ser reproducido con fines didáctico - culturales mencionando el nombre de su autor Manuel Peñafiel y los créditos de sus fotografías; queda prohibido utilizarlo con fines de lucro. This publication is protected by Copyright, Literary Property Laws and Intellectual Property Laws. It can only be used for didactic and cultural purposes mentioning Manuel Peñafiel as the author and his credits for the photographs. It is strictly prohibited to use it for lucrative purposes.